domingo, 7 de diciembre de 2014

Ha llegado este articulo a mis manos que quiero compartir.
 

"Tenga una postura crítica con su salud
¿Se ha parado a pensar en todo lo que puede hacer usted mismo por su salud, a través de las vitaminas, los minerales, los oligoelementos, los aminoácidos…? En definitiva, a través de la alimentación, los buenos hábitos y los suplementos alimenticios naturales.

Yo cada vez me convenzo más de la necesidad de desarrollar un “pensamiento crítico” respecto a nuestra propia salud. No tengo más que abrir el periódico cada mañana para reafirmarme en la idea de que es necesario ser mucho más activo y estar bien informado si queremos conservar nuestra salud.

Un buen día (hace apenas unos meses) lees que el gigante farmacéutico Novartis ha decidido despedir a su equipo directivo en Japón tras una serie de escándalos de manipulación de datos sobre medicamentos (el último de ellos respecto a ensayos clínicos de tratamientos contra la leucemia). Y aún estamos digiriendo la noticia de que el ibuprofeno, ese medicamento para el dolor y la inflamación omnipresente en todos los botiquines, está siendo investigado por la Agencia Europea del Medicamento por los posibles riesgos cardiovasculares que puede causar su consumo en dosis altas.

Y es que decenas de medicamentos de uso común, ya aprobados, recetados por los médicos y consumidos por los pacientes, ahora mismo están siendo vigilados para reevaluar su seguridad. Constantemente se ajustan y reajustan dosificaciones, se informa de nuevos efectos secundarios, se emiten alertas y, finalmente, algunos se retiran apresuradamente del mercado (o no tan apresuradamente como debería ser) al comprobar sus efectos.

Fue el caso del conocido medicamento Vioxx (un antinflamatorio retirado del mercado porque triplicaba el riesgo de infarto), de Avandia (un antidiabético también retirado de las farmacias, después de que se demostrara que aumentaba el riesgo cardiovascular de los pacientes que lo tomaban) o, hace aún menos tiempo, de Myolastan, de uso frecuente en el tratamiento de contracturas y afecciones traumatológicas. Todos ellos retirados tras años –décadas incluso- de consumo masivo y un reguero de damnificados por sus efectos, en algunos casos letales.

Y si echamos la vista un poco más atrás podríamos hablar del Pirprofeno, Cincofeno, Bendazaco, Droxicam, Clormezanona, Ebrotidina, Tolcapona, Trovafloxacino y Alatrofloxacino, Nimesulida, Tetrabamato o Benciodarona, y así hasta 22 medicamentos retirados en España entre 1990 y 1999, tras permanecer en el mercado entre un año… ¡o hasta 35 años en algún caso!, la mayoría de ellos por hepatotoxicidad (daños en el hígado, un órgano clave en nuestra salud que debemos proteger al máximo).

Muchos verán en estos casos la prueba del buen funcionamiento de los sistemas oficiales que velan por la salud pública y la seguridad de los fármacos. Yo, por mi parte, lo que hago es ratificarme en mi opinión de que hay que tener una visión crítica frente a la postura “oficial” y en la necesidad de contar con información fiable e independiente para poder acceder a tratamientos alternativos."

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