martes, 29 de mayo de 2012

DESINTOXICAR EL ORGANISMO


Un articulo interesantisimo escrito por Natalia Martín Cantero en el periódico El Pais el dia 29 de mayo de 2012. Espero que os sirva como buena referencia para cambiar los hábitos nutricionales. Una buena forma de potenciar la salud.

Imagínate por unos momentos que eres una flor. Suena raro, pero créetelo. Esta flor ha estado recogida todo el invierno, esperando que salga el sol y aumenten las temperaturas para florecer de nuevo. Lo extraño es que, cuando el sol finalmente llega, no creces. De hecho, estás alicaído. Resulta que el agua de donde beben tus raíces está lleno de toxinas. ¿Qué es lo que necesitas? Desintoxicarte, señala Peter Blumenauer, cofundador del programa Clear the toxins.
A los humanos las toxinas nos llegan a través de la comida, el agua y el aire, los canales por donde llegan pesticidas, estimulantes o metales pasados, entre otras sustancias tóxicas, dice Blumenauer. El propio cuerpo también genera toxinas –los desperdicios metabólicos–, un proceso natural de la digestión y la respiración.
Aunque venimos equipados de serie con mecanismos para eliminar las toxinas, demasiado azúcar, cafeína y comidas procesadas, poco ejercicio y estrés, entre otros factores, ralentizan nuestra capacidad natural de eliminación. ¿Cómo saberlo? La falta de energía, el agotamiento, las ojeras, la piel reseca o acumulación de líquidos son algunos de los síntomas de que el organismo tiene un exceso de toxinas.
“Hay un desconocimiento generalizado sobre las sustancias y alimentos que nos intoxican”, señala Marta Herce, experta en alimentación energética y natural en cuyos consejos basamos esta guía. “Muchas veces nos duele la cabeza o estamos cansados y no nos darnos cuenta de que ese malestar podría haber sido provocado por lo que hemos comido o bebido hace dos horas.” La falta de conciencia y de sensibilidad, señala Herce, impiden relacionar el cansancio o la inestabilidad emocional con el azúcar, o la agresividad con la carne, por ejemplo.

Herce recomienda mantener un programa de depuración durante 21 días, el tiempo que tardamos en establecer nuevos hábitos. Pasado ese tiempo, quizás podamos mantener parte de esas buenas costumbres.
De acuerdo con Herce, un programa de depuración se apoya en tres pilares:
1. Eliminar la fuente de toxinas

- Evitar todos los alimentos procesados y con toxicidad. La lista es larga. Entre los principales culpables, se encuentran: azúcares refinados de todas clases (blanco, moreno, de caña…); endulzantes muy concentrados (miel, sirope de arce…); endulzantes refinados (mermeladas con azúcar, chocolate, sacarinas, fructosa…) ; pastelería; estimulantes (cafés, tés, bebidas con gas y azúcar, alcohol, coca cola); aceites y grasas saturadas y en exceso (aceite de oliva, nata, crema…); verduras solanáceas (pimientos, berenjenas, patatas, tomates, espinacas…); aditivos (colorantes, aderezos, salsas y aliños comerciales…); exceso de picantes y vinagres; leche y productos lácteos; productos animales (carnes rojas, embutidos, aves, huevos…); horneados (pan, bollería…especialmente con harina blanca); comidas preparadas; aperitivos y platos muy salados; ahumados; alimentos enlatados; pescado de piscifactorías con mucha toxicidad como lubina, dorada, rodaballo y salmón.
- Consumir alimentos ecológicos, preferiblemente locales y de estación.
- Eliminar malas bacterias en el sistema digestivo y potenciar nuestra flora. ¿Cómo? Presta atención a dos cosas:
Prebióticos, las fibras hidrosolubles de la fruta y de la verdura que nutren las bacterias “buenas”, y promueven tanto el tránsito digestivo como el equilibrio ecológico (Herce recomienda nabos, rabanitos, puerros, espárragos, legumbres, manzana, etc.). Es importante la masticación.
Probióticos: cepas de bacterias selectas y beneficiosas para nuestra salud. Estas bacterias producen nutrientes para nuestras células de las mucosas digestivas y promueven la defensa del sistema inmune.
2. Integrar alimentos saludables y restaurar lo que falta
- Consumir alimentos ricos en nutrientes con fibra, vitaminas y minerales/oligoelementos (verduras, cereales integrales, frutas, semillas y aceites de primera prensada, frutos secos hidratados, legumbres, pescado y algas)
- Cereales integrales (quinoa, mijo y arroz integral, por ejemplo).
- Variedad de leguminosas como lentejas, judías (las azukis y judías con forma de riñón son muy aconsejables).
- Verduras de raíz (como zanahoria, cebolla, nabo), redondas (como la calabaza, col blanca, col verde, coliflor) y de verdes (canónigos, alcachofa, apio).
- Alga (arame, nori, kombu). Son muy importantes para remineralizar y depurar.
- Incluir en las comidas semillas como sésamo, girasol o calabaza, fuente de aceites esenciales omega 3 y vitamina E. Recomendables para un buen funcionamiento de los órganos, sistema circulatorio, pelo y piel.
- Frutos secos (en particular, nueces y almendras hidratadas).

3. Revitalizar
Herce recomienda incorporar una práctica de meditación o yoga, y por supuesto hacer ejercicio y dormir un número suficiente de horas. También recomienda los drenajes linfáticos.
Conviene incrementar a diario los alimentos que ayudan a depurar como: Rabanitos y nabos; champiñones y toda clase de setas; zanahorias, remolacha, pepino; verduras de hojas verdes frondosas e intensas como la col verde, brócoli, puerros, apio, borraja o berros cocinadas ligeramente. Utilizar a menudo jengibre fresco, ajo y especies, y también verduras depurativas como alcachofas, espárragos, remolacha, endivias, hinojo y apio.
Herce señala que las frutas y los zumos son importantes para depurar pero no recomienda una cura de frutas. “Sus efectos extremos afectarán a nuestro metabolismo y fuerza digestiva”, señala. Como bebidas depurativas, recomienda la de zanahoria, a la que se puede añadir manzana, apio y unas gotas de limón; manzana y pera y piña.
Como sustituto a la leche de vaca, alta en grasas saturadas, recomienda las bebidas vegetales de arroz, avena y almendra. Otras bebidas apropiadas a la hora de depurar son el té verde (remueve grasas de origen animal); te bancha y el kukicha, convenientes cuando se sigue una dieta de adelgazamiento porque ayudan a la digestión de las grasas. Otras bebidas: infusión de diente de león; infusiones de menta, anís, hinojo, manzanilla y, por supuesto, agua. Es aconsejable beber de 1,5 a 2 litros.
Herce recomienda cocinar sin demasiadas mezclas, cenar temprano y, sobre todo, prestar atención a lo que se come, una parte crucial del proceso.
Sugerencias para elaborar un menú detox
Desayunos. Comienza con un vaso de agua con un poquito de limón para tonificar el hígado. Media hora después, puedes tomar una infusión. Una buena idea es desayunar una crema de cereales integrales (de mijo, quinoa o arroz); sopa de miso o licuado de verduras depurativas.

Media mañana
. Tiras de verduras como zanahoria o apio; frutos secos (nueces o almendras); Alga Nori tostada (puede tomarse cuando apetezca a lo largo del día) o algo de fruta.

Comida
. Incluir una sopa (tonifican la digestión) Por ejemplo, de miso. La fórmula es esta: 25 por ciento de proteína vegetal (legumbre o tofu) o pescado. 25 por ciento de cereal integral (arroz integral, quinoa o mijo). 50 por ciento de verdura de raíz, redonda y hoja verde.

Media tarde
. Compota de frutas o licuado de verduras o frutas

Cena
. Temprano, para que dé tiempo a hacer la digestión. Crema de verduras de raíz o redondas (son ideales para por la noche porque relajan) o de verduras verdes. O sopas con miso blanco, algas y verduras de raíz, redondas y verdes. Cereal integral. Proteína (recomendable por la noche vegetal, mejor que pescado).
Y de postre, repetir 20 veces el mantra: “que tu alimento sea tu medicina”.

jueves, 22 de marzo de 2012

PARABENES

¿Qué son los parabenes? (diréis muchos de vosotros).
Pues nada más sencillo que ir a la ducha, coger un tarro de gel o de champú y leer su composición (siempre en inglés o latín para que no la entendamos) hasta que encontréis palabras que acaban en 'paraben'.

Bingo. Tenéis productos con parabenes.

Pero no sólo en la ducha. Iros ahora a vuestras cremitas para la cara, el body milk, la crema de manos, la reafirmante, etc etc etc.

Los parabenes son los conservantes más baratos y efectivos usados por la industria cosmética.
Y al igual que ocurre con la industria alimentaria, los fabricantes recurren siempre a los productos más baratos que les permitan pagar menos y ganar mas, sin importarles sus efectos sobre la salud.

¿Alguna vez te has preguntado por qué te ha picado la piel después de la ducha, o porqué la tienes tan reseca? pues muchas veces los culpables son los parabenes.
Se trata de aditivos químicos sobre los que se han hecho algunos estudios que enseguida han sido desmentidos y saboteados, pero que reflejaban la peligrosidad de un uso diario sobre la piel de productos que tuvieran parabenes (champús, cremas...).
Dado que cada vez hay mas gente concienciada con los peligros de la química sobre su cuerpo, algunas marcas de cosmética e higiene (incluidas marcas 'blancas') han sustituido los parabenes por otros conservantes menos agresivos.

¿Cómo identificar los parabenes?
Mira bien la composición de tus productos para la ducha y la belleza o la higiene (incluídos desodorantes y perfumes). Estará escrita en inglés y latín para que no la entiendas. Busca los siguientes nombres:
BENZYLPARABEN
BUTYLPARABEN
ETHYLPARABEN (o camuflado como E214)
ISOBUTYLPARABEN
ISOPROPYLPARABEN
METHYLPARABEN (o camuflado como E218)
PROPYLPARABEN (o camuflado como E216)

Si un producto tuyo tiene alguno de los parabenes, que sepas que te estás poniendo sobre tu piel una sustancia química conservante que produce efectos negativos con su uso diario.
Si un producto tuyo tiene varios parabenes, o, como en el caso de un champú que me han regalado, tiene todos los parabenes, NO LO VUELVAS A COMPRAR. Sustitúyelo por otro parecido que no contenga parabenes.

Como explica wikipedia en su versión en inglés (lástima que no hayan traducido ese artículo al castellano), los parabenes son los conservantes cosméticos y farmacéuticos más usados por su bajísimo precio y por su actividad bactericida y fungicida con el producto. Es decir, es un insecticida que evita que a las cremas y champús les salgan microbios o bichitos. Pero es un insecticida.
Están presentes en champús, cremas de belleza, productos de afeitado o depilación, lubricantes sexuales, productos farmacéuticos de uso tópico, e incluso en dentífricos y algunos alimentos.

Los parabenes son en realidad estearatos del ácido para-hydroxybenzóico.
Se ha comprobado que en muchos individuos producen irritación y enrojecimiento de la piel, o peor aún, dermatitis.
Un estudio científico de varios especialistas en 2004 sorprendió a la comunidad internacional por el hallazgo de parabenes en muestras de tumores de cáncer de mama (Darbre PD, Aljarrah A, Miller WR, Coldham NG, Sauer MJ, Pope GS. Concentrations of parabens in human breast tumours. J Appl Toxicol. 2004 Jan-Feb;24(1):5-13). De todas formas no está demostrado que los parabenes pasasen del desodorante o el gel al interior de los pechos.

Otro estudio, avalado con pruebas en animales, criminaliza a los parabenes por alterar el comportamiento de los estrógenos en el cuerpo humano.

Sea alarmismo o sea realidad, lo cierto es que intento no comprar productos con parabenes. Para muchos parecerá gracioso ver a alguien como yo leyendo los componentes de un champú o de un dentífrico en el supermercado, pero es que yo no juego con mi salud.
¿Y tu?

Leed siempre los ingredientes de lo que compráis, por favor.
El 80% de las enfermedades entran por comprar como autómatas, sin preocuparnos de lo que nos llevamos a casa.